A los grifones les gusta dormir sobre algo suave y esponjoso, un cojín suave, una camita de perro con una sabanita suave, pero especialmente y por encima de lo demás, tu cama o tu sofá. No conozco muchos dueños de grifones que hayan sido capaces de convencer a sus peludos amigos de que el sofá no es su sitio, yo nunca he podido de hecho.. Les encantan las cosas suaves y esponjosas y ya está.

Les encantan los sitios suaves para dormir, a la mayoría de grifones les encantan los peluches también, dormir con ellos y jugar con ellos. Binoche adora a Knorrie, su nuevo amigo.
Pero no sólo de juguetes vive el grifón! Prácticamente cada dueño de un grifón ha vivido la experiencia de ver a su peludo compañero huyendo con un calcetín recién robado del cubo de la ropa o cazado de algún cajón que dejamos abierto medio segundo.. Eso es tiempo más que suficiente para que tu grifón se agencie un buen puñado de calcetines y los reparta por toda la casa para que sigas el rastro..
Hacer que tu grifón «desaprenda» a cazar tus calcetines es ardua tarea.. Te comprenden a la perfección cuando les riñes y les dices lo malos que son y que tienen sus propios juguetes para jugar. Entonces coges uno de sus juguetes, se lo enseñas, se lo das y tu grifón lo coge marchándose encantado de la vida con el juguete en su boca- lección aprendida! Pero…una semana después lo pillaras de nuevo con un calcetín en su boca.. Le gustan demasiado y la mayoría de dueños de un grifón lo saben de sobra. Lo bueno de todo esto es que normalmente no se van a tragar el calcetín – como algunos labradores que conozco sí suelen hacer. Por tanto lo que suelo hacer es darle un par de calcetines viejos a mi grifón, para él sólito, atados con un nudo. Y sabéis qué?? El secuestro de los demás calcetines acaba!
Los grifones aman masticar cosas. Trozos de madera, pelotas, muñecos masticables.. Desgraciadamente también tienen tendencia a matar a sus muñecos al cabo de un tiempo de convivir don ellos. A veces les duran unos minutos, a veces les duran meses.. Lo primero que suelen atacar son las orejas, después la cola, finalmente la cabeza es arrancada y el pobre peluche es desmembrado y destripado.. Como dice el refrán, hay amores que matan…